Dudo que haya una sola empresa que no envíe cientos o miles de correos electrónicos al mes a clientes potenciales y existentes.
Queda claro que las redes sociales son una gran manera de conectar con su público y generar confianza y credibilidad, pero no hay mejor manera de ejecutar sus esfuerzos de ventas y marketing que con los correos electrónicos, especialmente para las empresas B2B.
La mayoría de las empresas se equipan con herramientas especiales de ventas o marketing como Reply.io para automatizar y escalar su alcance de correo electrónico, dejando en sus manos la tarea de garantizar que todo funcione sin problemas en segundo plano y que los correos electrónicos lleguen a las bandejas de entrada de sus destinatarios, es decir, la entregabilidad del correo electrónico.
Sin embargo, los grandes proveedores de servicios de correo electrónico como Gmail, Yahoo y Outlook no lo ponen fácil.
En su defensa, hay toneladas de correos electrónicos maliciosos, no solicitados y de spam que se envían todos los días, y es responsabilidad de los proveedores de correo electrónico marcar proactivamente estos correos electrónicos y evitar que lleguen a sus usuarios.
El único problema es que les resulta difícil asegurarse de mantener a raya los mensajes «malos» y dejar que los mensajes comerciales y de marketing lleguen el 100% de las veces.
En este artículo, exploraremos y compararemos los dos métodos principales de envío de correos electrónicos, SMTP y API, y determinaremos cómo afectan la entregabilidad en el panorama actual.
¿Por qué hay tanto alboroto por la entregabilidad de los correos electrónicos?
Si eres un profesional B2B, lo más probable es que te hayas topado con el tema de la entregabilidad de los correos electrónicos al menos una o dos veces en los últimos años, y puede que te preguntes, ¿por qué tanto alboroto?
Bueno, teniendo en cuenta que los correos electrónicos son el principal canal de comunicación para los equipos de ventas y marketing, garantizar que lleguen a la persona adecuada en el momento adecuado puede suponer la diferencia entre un nuevo cliente y una oportunidad perdida.
Y eso es solo un correo electrónico.
En el contexto de miles de correos electrónicos, la capacidad de entrega puede afectar directamente a la generación de clientes potenciales, conversiones, retención y, en última instancia, ingresos. Esto es aún más doloroso cuando se piensa en todo el tiempo y esfuerzo que los equipos de ventas y marketing invierten en crear listas de correo electrónico específicas, elaborar mensajes personalizados y desarrollar estrategias de generación de oportunidades.
Últimamente, Gmail ha reforzado sus políticas de seguridad del correo electrónico, y las empresas que no son precavidas corren el riesgo de invertir tiempo y recursos en la comunicación con sus clientes, solo para que una buena parte de esos mensajes nunca lleguen a las bandejas de entrada previstas.
He ahí el revuelo.